… no todo da Igual: la vida es un picnic

He estado ayer en una sala de urgencias.

Además de los heridos, de los sufridos y dolientes, de los locos, de las camas una sobre otra, de la muñeca fracturada de la abuelita, por la que se me partió el alma cuando la vi, he tenido el tiempo necesario y más que suficiente para reflexionar.
Para llevar adelante lo que es eso de conocerse a uno mismo. (Una bobada, para bobos).

La razón de mi cansancio de todos estos días ha sido que por falta del tiempo no he podido despejar del escritorio del alma, o como se llame eso, lo que se va acumulando.
No he podido por varios meses abrir la ventana para orear.

Y al lado de lo que parecía ser un muerto, o un diabético, me he puesto a mirar para el piso mientras cada quejido y lamento de moribundo llena la sala. (La sinfonía adecuada para poner orden por dentro).

He estado en dos hospitales.
En el primero, después de ver semejante turupe que tenía mi viejita, hemos bajado a la sala de exposición: rayos x, que llaman por estos lados.
Me ha recibio la orden un casi ciego, que en seguida se ha puesto a atender a una señora de apellido Buitrago.

– ¿Con dobleu pequeña?, le pregunta
– No, b de burro.
– Más burro será su

(El sistemita me parece de lo mejor porque en seguida la señorita Buitrago ha caido en las garras del fabulador).

En el segundo, tiempo de espera: cinco horas aprox., estoy al lado del muerto. Y empiezo: tengo tiempo. Por hoy no me importa nada más que esto que hago.

¿Funciona para mí: funciona?… la punta de la lengua se lo suele preguntar al resto que la pone de punta: es decir, yo. Y este yo cansado le responde, después de dudar si el muerto no será él, No todo da igual.

Es cierto: ¿por qué dudar, y carraspear, sobre lo que uno acaba de poner? ¿Por qué borrar con el codo lo que se acaba de escribir con la mano? Es imposible llegar a algo de este modo.

(¡Qué importa si la decisión es la equivocada!: yo la he tomado. Además, ¿por qué va a estar equivocada? He sido yo el que la he tomado. Y desde ese momento no hay juicio de valor. Solo el juicio de llevarlo hasta el fondo.)

¿Funciona? Funciona, y es para mí. (Ya no tengo que hacer más el muerto)…. lo que me trae la muerte cercana, el olor a muerto, la enfermedad, es vida no entrecomillada.

¡Un jo, para todos los males!

9 comentarios sobre “… no todo da Igual: la vida es un picnic

  1. Deseo que tu abuelita ya esté mucho mejor. Qué pena lo que le ha sucedido, pero al mismo tiempo me alegra que haya sido atendida y se esté recuperando. Un abrazo para ella y otro para ti. Arriba corazones que la vida es maravillosa, con todo y su negro, gris y blanco.

  2. Coincido con el comentario anterior. Curioso lo de las «urgencias»; la última vez que yo las pisé estuve con una persona a la que tardaron hora y media en atender. Desde luego, urgencia, poca.
    Abrazos

  3. Magda: muchas gracias por los deseos. La aventurilla me gustó: me sentí como Rabelais.

    Alfredo: fueron ochos horas; de urgencia nada: aquí se le da el eufemismo de prioritario. Que la muerte espere.

    Fernando: lo de picnis es por una canción de Fobia que se llama Hoy Tengo Miedo. Y mira tú que antes de estar con los muertos no podía pensar…. eso ya deja mucho que pensar.

    abrazos a todos, y gracias por la vsita. 😉

  4. Sabes que una vez, hace ya muchos años, acudí a urgencias y se olvidaron de mi. Yo me había quedado dormida después de los dolores tan fuertes que había tenido. AL cabo de siete horas un enfermero abrió la puerta y me dijo»Pero tú que haces aquí».
    Aquello me dejó asombrada. No quiero volver más. No si no es muy muy necesario.
    Espero que tu abuela se recuperé.
    un beso para los dos,

    Marta

  5. ¡Pues Jo! La última vez que estuve en urgencias fueron ocho horas que se me hicieron eternas. Y a mi me pasa al revés que a ti, cuando entro allí se me bloquean las neuronas, como si hubiese un campo electromagnético que las dejase KO.
    Besos.

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